19.6.16

Tortilla de berenjena

 

Concha,  “De buena mesa

Ingredientes:

- 2 Berenjenas
- 1 Cebolla
- 6 Huevos Ecológicos
- Cebollino
- Aceite de Oliva Virgen Extra
- Sal

Para presentar la tortilla

- Tomates Cherry
- Pan Tostado

Elaboración:

- Pelar y picar la cebolla en brunoise. Ponerla en una sartén con un poco de aceite de oliva virgen extra, sazonar ligeramente y cocinar a fuego medio, hasta que esté bien tierna.

- Lavar, secar y quitar la piel a las berenjenas, a tiras alternas. Cortarla en dados.
Poner en un bol apto para microondas, las berenjenas con una pizca de sal, taparla y cocinarla a máxima potencia, unos tres minutos. Si al terminar el tiempo consideramos que necesita un poco más, volver a introducir en el microondas otros dos minutos.

- Cascar los huevos y echarlos en un bol, con el cebollino picado.

- Añadir las berenjenas, si fuera necesario escurrir el agua que hubiera soltado, yo no he necesitado hacerlo.

- Sazonar ligeramente, y mezclar con un tenedor, pero sin batir.

- Calentar la sartén donde hemos sofrito la cebolla y añadir un poco de aceite cuando esté bien caliente.

- Verter la mezcla, y proceder a dar forma a la tortilla a fuego medio, cuando cuaje un poco, le daremos la vuelta con la ayuda de una tapa o plato, y cocinar a fuego suave, volteándola varias veces para que haga bien por dentro. Al ser una tortilla solo de berenjenas tardará un poco más en cocinarse ya que esta contiene bastante agua. Yo suelo pincharla con un tenedor varias veces, antes de darle cada vuelta, y esto ayuda a que penetre el calor dentro y se cuaje antes.

- Una vez lista, servir cortada en cuñas, sobre rebanadas de pan tostado y acompañadas de brochetas de tomates cherry y una ramita de cebollino.

¡Y lista para disfrutar!

Y esta es mi Historia:


Historias de Tejados y Azoteas


Cuando era pequeña, adoraba la llegada del verano, acababa el colegio, y teníamos por delante casi tres meses completos de vacaciones, además con el solsticio de verano llegaba mi cumpleaños, y la noche de San Juan, una semana muy intensa para mí porque eran las fiestas de mi pueblo, y mi madre nos dejaba a mis hermanas y a mí bajar solas a la Velá, una mini feria donde además de casetas donde poder beber alguna gaseosa, también bailábamos al ritmo de una orquesta de pachanga, la canción del verano.

Cuando llegábamos a casa, mi madre nos tenía la cena preparada, que solía ser algo ligero y que no necesitara calentar, por eso la Tortilla tenía un papel muy relevante en las cenas del verano.

Como mi pueblo, por aquel entonces no era muy grande, y además teníamos "la suerte" de vivir junto al campo de la feria, una vez en casa seguíamos con ganas de marcha, y aprovechando el buen tiempo, mi madre nos dejaba subir a la azotea de casa a dormir con mis vecinas.

Mi madre tenía el suelo de la azotea más limpio y reluciente de todo el vecindario, tanto que casi se podía ver una en las losetas, del brillo que tenían.

Subíamos con la cena, un bocata de tortilla y una botella de agua fresquita, y nos sentábamos en una manta como si de un picnic nocturno se tratara.

Podéis imaginar a cinco niñas, ¡la que formábamos!, esa noche era casi imposible dormir, entre el ruido de la música de la calle del infierno, y nuestras ganas de risas, nos daban las tantas mirando las luces por encima de los tejados colindantes intentando distinguir algo o a alguien, hasta que se apagaban.

Rendidas por el cansancio, nos tumbábamos en la manta, mirando las estrellas, entonces si era normal ver muchas en el cielo nocturno, y comenzaban las historias, hablábamos de todo lo imaginable y que a unas niñas les podía interesar, os hablo de la década de los 70, cuando ni la tele ni las tecnologías modernas ocupaban nuestras mentes; las que más nos gustaban eran las de vampiros, siendo fans incondicionales de las películas de Drácula no podría ser menos; cuando pasaba por encima de nosotras un murciélago revoloteando, dábamos tantos gritos, que hasta que mi padre no se ponía un poco "serio" con nosotras no parábamos de reír.

Cuánto anhelo aquellos maravillosos años, en los que no nos preocupábamos de nada, solo teníamos que darnos con mis vecinas el silbido de contraseña, para anunciar que ya habíamos terminado de cenar, y nos esperábamos en la azotea, viendo los gatos pasar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tu comentario, siempre será una alegría tanto para mí como para cualquiera de los participantes en los retos.
La mayoría de las recetas publicadas en este blog, no son mías, por lo tanto sus autores no podrán contestar a los comentarios.
Aunque en cada receta tenéis un enlace a cada uno de los blogs, con el paso del tiempo, muchos de ellos no existen o ya no publican.
Gracias y un saludo. Marisa G.