Ingredientes
- 1 litro de leche
- 1 palo de canela
- la cáscara de un limón (evitando cortar la parte blanca)
- 3 huevos
- 2 cucharadas de azúcar (podéis variar esta cantidad, según lo dulce que os guste)
- 1 cucharada de postre rasa de canela en polvo
- la puntita de esa cuchara de postre de levadura en polvo
- una pizca de sal
- pan rallado (no pongo la cantidad, usaremos el pan rallado que admita la masa)
- aceite de oliva de calidad
Preparación
- Echamos en un cazo la leche junto al palo de canela y la cáscara de limón. Cuando rompa a hervir bajamos a fuego lento y dejamos hervir unos 4-5 minutos.
- Mientras, batimos los huevos en un bol. Cuando estén bien batidos añadimos la sal (un pellizco solamente), la canela, el azúcar, la levadura y poco a poco el pan rallado sin dejar de mezclar con varillas o tenedor hasta que nos quede una masa espesa (solo algo más que el puré de un bebé).
- En una sartén con aceite caliente, vamos echando la masa con una cuchara de postre para que nos salgan unos panecillos pequeños.
- Los vamos sacando cuando estén de un bonito color dorado y los ponemos en una fuente con una servilleta de papel que absorba el exceso de aceite.
- De ahí los pasamos al cazo con la leche y dejamos hervir a fuego lento 3 minutos, les damos la vuelta y dejamos otros tres minutos para que se impregnen bien de la leche aromatizada y apagamos el fuego.
- Una vez fríos, los dejamos en la nevera hasta que vayamos a consumir.
¡Están muy ricos!
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